Con
largas trenzas, faldas coloridas, bigotes pintados y pantalones de manta, es
como año con año el día 12 de diciembre la gente luce en veneración a la
aparición de la virgen de Guadalupe a un indígena, un hombre llamado Juan
Diego, ahora, San Juan Diego; la virgen que eligió al pueblo mexicano para la
edificación de su hogar, la recuerda, le honra y le tiene gran fe.
Motivo
de orgullo para los mexicanos de cualquier estado, en este texto para bien, en
uno de los Municipios de Michoacán, en Tiquicheo, lugar en donde se realizó la
tradicional peregrinación desde la comunidad de Nuevo Albarrán hasta llegar al
templo ubicado en el centro de Tiquicheo; participaron de esta caminata decenas
de niños y adultos que durante el camino entonaron alabanzas en honor a la
aparición de la virgen del Tepeyac.
“La
Guadalupana” es el nombre de la alabanza que no puede faltar, pues en ella se
narran las escenas de la aparición de la Reyna de México; ese mismo día por la
madrugada asisten los creyentes a todos los templos del país para entonar
cantos en honor a la Virgen Guadalupana; por la tarde, luego de la procesión
mencionada anteriormente, los participantes esperan para participar de la misa
en la que se sigue recordando la aparición de la “Virgen Morena” como también
se le conoce.
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